26/4/13

Confucio - Analectas (Lun Yu) - Capítulo 11

Capítulo 11

11.1. El Maestro dijo: «Antes de ocupar un cargo, los plebeyos deben profundizar primero
en el conocimiento de los ritos y de la música, mientras que los nobles pueden dejarlos para
después. Si yo tuviera que nombrar funcionarios, elegiría entre los primeros.»
11.2. El Maestro dijo: «De todos los que me acompañaron en mis tribulaciones en Chen y
Cai, ninguno está ya conmigo.»
11.3. La virtud: Yan Hui, Min Ziqian, Ran Boniu, Ran Yong. Elocuencia: Zai Yu, Zigong.
Gobierno: Ran Qiu, Zilu. Cultura: Ziyou, Zixia.
11.4. El Maestro dijo: «Yan Hui no me sirve: todo lo que digo le agrada.»
11.5. El Maestro dijo: «¡Qué buen hijo es Min Ziqian! Nadie contradice nunca a sus
padres ni a sus hermanos cuando éstos lo alaban.»
11.6. Nangong Kuo era aficionado a repetir:
Puede quitarse una mancha de un cetro de jade blanco,
pero es irreparable una mancha en las palabras.
Confucio le otorgó en matrimonio a la hija de su hermano mayor.
11.7. El señor Ji Kang preguntó: «¿A cuál de tus discípulos le gusta aprender?» Confucio
respondió: «Estaba Yan Hui, al que le gustaba aprender. Desgraciadamente, su vida fue
corta: ahora está muerto y ya no hay nadie.»
11.8. Cuando Yan Hui murió, su padre, Yan Lu, preguntó si podía vender el carruaje del
Maestro para procurarse un mausoleo. El Maestro dijo: «Con talento o no, un hijo es un hijo.
Cuando murió Li, mi propio hijo, fue enterrado sólo con un ataúd y sin mausoleo. Yo no
empecé a ir a pie para procurarme un mausoleo. Puesto que mi rango está inmediatamente
después de los funcionarios superiores, no es adecuado que vaya a pie.»
11.9. Cuando Yan Hui murió, el Maestro dijo: «¡Ay de mí! ¡El Cielo me está destruyendo,
el Cielo me está destruyendo!»
11.10. Cuando Yan Hui murió, el Maestro Lloró desconsoladamente. Sus seguidores
dijeron: «Maestro, un duelo así no es adecuado.» El Maestro replicó: «Para hacer el duelo de
un hombre así, ¡qué clase de dolor seria adecuado?»
11.11. Cuando Yan Hui murió, los discípulos querían hacerle un gran funeral. El Maestro
dijo: «No es adecuado.»
Los discípulos le hicieron un gran funeral, y el Maestro comentó: «Yan Hui me trató como
un padre, pero no se me dio la oportunidad de tratarle como [traté] a mi hijo. No es culpa mía,
sino vuestra, amigos míos.»
11.12. Zilu preguntó cómo servir a los espíritus y a los dioses. El Maestro respondió: «Tú
no eres capaz de servir a los hombres, ¿cómo podrías servir a los espíritus?»
Zilu inquirió: «¿Puedo preguntarte sobre la muerte? El Maestro respondió: «Todavía no
conoces la vida, ¿cómo podrías conocer la muerte?»
11.13. Cuando estaba junto al Maestro, Min Ziqian parecía respetuoso; Zilu parecía
agudo; Ran Qiu y Zigong parecían afables. El Maestro estaba complacido.
(El Maestro dijo:) «Un hombre como Zilu no morirá de muerte natural.»
11.14. Los habitantes de Lu estaban reconstruyendo el Gran Tesoro. Min Ziqian
preguntó: ¿Por qué no reconstruirlo conforme a su antigua línea? ¿Por qué cambiar el plan?»
El Maestro respondió: «Este hombre apenas habla, pero cuando habla da en el blanco.»
11.15. El Maestro dijo: «¿Qué clase de música está tocando Zilu en mi casa?» Los
discípulos dejaron de respetar a Zilu. El Maestro dijo: «Zilu ha subido hasta el vestíbulo, pero
todavía no ha entrado en la cámara.»
11.16. Zigong preguntó: «¿Quién es mejor: Zizhang o Zixia?» El Maestro respondió:
«Zizhang se pasa y Zixia no llega.» Zigong volvió a preguntar: «¿Es entonces Zizhang el
mejor?» El Maestro respondió: «Ambos fallan el blanco.»
11.17. El cabeza de la familia Ji era más rico que un rey, pero Ran Qiu seguía
presionando a los campesinos para hacerse todavía más rico. El Maestro comentó: «Ya no
es mi discípulo. Tocad el tambor, amigos míos, y atacadlo; tenéis mi permiso.»
11.18. Zigao era necio; Zeng Shen era lento; Zizhang era exagerado; Zilu era salvaje.
11.19. El Maestro dijo: «Yan Hui estuvo muy cerca de la perfección y, sin embargo,
padeció la pobreza. Zigong no aceptó su suerte y emprendió negocios; su juicio es
frecuentemente correcto [siempre le salen bien].»
11.20. Zizhang preguntó sobre la Vía del Hombre Bueno. El Maestro respondió: «No es
seguir las viejas rutinas, pero tampoco conduce a la cámara interna».
11.21. El Maestro dijo: «Estoy de acuerdo en que sus opiniones son sólidas, pero ¿es un
caballero, o sólo una solemne pretensión?»
11.22. Zilu preguntó: «¿Debo practicar inmediatamente lo que he aprendido?» El Maestro
respondió: «Tu padre y tu hermano mayor todavía están vivos; ¿cómo puedes practicar
inmediatamente lo que acabas de aprender?»
Ran Qiu preguntó: «¿Debo practicar inmediatamente lo que acabo de aprender?» El
Maestro respondió: «Practícalo inmediatamente.»
Gongxi Chi dijo: «Cuando Zilu preguntó si debía practicar inmediatamente lo que acaba
de aprender, le dijiste que consultase primero a su padre y a su hermano mayor. Cuando
Ran Qiu preguntó si podía practicar inmediatamente lo que acaba de aprender, le dijiste que
lo practicase inmediatamente. Estoy confundido; ¿puedo pedirte que lo expliques?» El Maestro
respondió: «Ran Qiu es lento, por eso lo empujo; Zilu tiene la energía de dos personas,
por eso lo retengo.»
11.23. El Maestro fue detenido en Kuang; Yan Hui se había quedado rezagado. Cuando
se reunieron más tarde, el Maestro comentó: «Pensé que estabas muerto.» Yan Hui dijo:
«Mientras estés vivo, ¿cómo me atrevería a morir?»
11.24. Ji Ziran preguntó: «¿Podría decirse que Zilu y Ran Qiu fueron grandes ministros?»
El Maestro respondió: «Pensé que ibas a preguntar algo interesante, pero ¡he aquí que
simplemente preguntas sobre Zilu y Ran Qiu! Un gran ministro es un ministro que sirve a su
señor siguiendo la Vía y que dimite cuando ambos son irreconciliables. Ahora bien, en lo que
concierne a Zilu y a Ran Qiu, podrían estar cualificados para ocupar cualquier puesto
vacante.» Ji Ziran preguntó: «¿Quiere decir que simplemente deben seguir cualquier orden?»
El Maestro respondió: «No hasta el punto de matar a su padre o a su señor.»
11.25. Zilu recomendó a Ziran que fuera alcaide de Bi. El Maestro comentó: «Estás
jugando una mala pasada a este joven.» Zilu respondió: «Así se ocupará de las personas del
lugar y de sus asuntos; aprenderá cosas que no están en los libros.» El Maestro respondió:
«Es por esta especie de observaciones por lo que me disgustan las sutilezas ingeniosas.»
11.26. Zilu, Zeng Dian, Ran Qiu y Gongxi Chi estaban sentados con el Maestro. Este dijo:
«Olvidad por un momento que soy mayor que vosotros. Con frecuencia decís: "El mundo no
reconoce nuestros méritos." Pero, si se os diera la oportunidad, ¿qué os gustaría hacer?»
Zilu se precipitó a responder el primero: «Dame un país no demasiado pequeño,
atenazado entre dos poderosos vecinos que le atacan y que sufre hambruna. Si me pones al
cargo de él, en tres años reviviría el espíritu de su pueblo y le haría recuperar su fuerza.»
El Maestro sonrió. «¿Y qué dices tú, Ran Qiu?»
Este respondió: «Dame un territorio de 60 a 70, o, al menos, de 50 a 60 pueblos; en tres
años aseguraría la prosperidad de sus habitantes. Sin embargo, en lo que respecta a su
bienestar espiritual, habría que esperar naturalmente a la intervención de un verdadero
caballero.»
«Y tú, Gongxi Chi, ¿qué dices?»
«Yo no afirmo que podría hacer esto, pero me gustaría aprender: en las ceremonias del
Templo de los Antepasados, en un encuentro diplomático, por ejemplo, y llevando bonete y
casulla, me gustaría participar como ayudante menor.»
«¿Y qué dices tú, Zeng Diam?»
Zeng Dian, que había permanecido tocando tranquilamente su cítara, dio un último
acorde y puso de lado su instrumento. Entonces respondió: «Me terno que mi deseo no tiene
nada que ver con el de mis tres compañeros.» El Maestro comentó: «¡Esto no tiene nada de
malo! Después de todo, cada cual está simplemente haciendo la confidencia de sus
aspiraciones personales.»
«A finales de la primavera, después de que se ha acabado de hacer la ropa de
primavera, junto con cinco o seis compañeros y seis o siete muchachos, me gustaria
bañarme en el río Yi, y después disfrutar de la brisa en la Terraza de la Danza de la Lluvia y
volver a casa cantando.» El Maestro lanzó un gran suspiro, diciendo: «¡Yo estoy de acuerdo
con Dian!»
Cuando los otros tres se marcharon, Zeng Dian se quedó y preguntó: «¿Qué piensas de
sus deseos?» El Maestro contestó: «Simplemente cada uno confió sus aspiraciones
personales.»
¿Por qué sonreíste ante las palabras de Zilu?»
«Porque un Estado debe gobernarse mediante las restricciones del ritual; pero sus
palabras eran jactanciosas.»
«En lo que respecta a Ran Qiu, ¿no estaba de hecho hablando de todo un Estado?»
«Ciertamente; ¿acaso has oído hablar alguna vez de "un territorio de 60 a 70, o de 50 a
60 pueblos?"»
«¿Y Gongxi Chi? ¿No estaba hablando también de un Estado?»
«¡Un encuentro diplomático en el Templo de los Antepasados! ¿A qué podría referirse
sino a un encuentro de varios Estados? Y si Gongxi Chi estuviera allí sólo como joven
ayudante, ¿quién desempeñaría el papel principal?»

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