3. Mensaje al Dalai - Lama
Somos tus fieles servidores, ¡Oh Gran Lama!, concédenos, envíanos tu luz en un lenguaje que nuestros contaminados espíritus de europeos puedan comprender, y si es necesario c ambia nuestro Espíritu, créanos un espíritu vuelto por entero hacia esas cimas perfectas donde el Espíritu del Hombre ya no sufre.
Créanos un Espíritu sin hábitos, un espíritu cuajado verdaderamente en el Espíritu, o un Espíritu con hábitos más puros - los tuyos - si ellos son aptos para la libertad.
Estamos rodeados de papas decrépitos, de profesionales de la literatura, de críticos, de perros; nuestro espíritu está entre perros, que inmediatamente piensan a ras de tierra, que irremediablemente piensan en el presente. Enséñanos, Lama, la levitación material de los cuerpos, y cómo evitar ser retenidos por la tierra.
Porque tú bien sabes a qué liberación transparente de las almas, a qué libertad del espíritu en el Espíritu aludimos, ¡Oh Papa aceptable!, ¡oh Papa de Espíritu verdadero!
Con el ojo interior te contemplo ¡Oh Papa!, en la cumbre de lo interior. Es en ese interior donde me asemejo a tí, yo, germinación, idea, labio, levitación, suelo, grito, renunciamiento a la idea, suspendido entre todas las for mas y a la espera sólo del viento
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