Siguiendo
 al teórico ruso Mijail Bajtin a través de su hermoso texto “La cultura 
popular en la Edad Media y en el Renacimiento”, nos enteramos de la 
trascendencia y la importancia que tuvo el festejo del carnaval en la 
cultura popular de la edad media en Europa. Se trataba de un festejo que
 podía llegar a durar hasta tres meses y que acompañaba los ritmos 
naturales de la tierra, los ciclos de la siembra y la cosecha porque el 
hombre se concebía parte de la naturaleza y no disociado de ella.

Bajtin
 se adentra en lo que era la cultura específica de la plaza pública y el
 humor popular. El mundo infinito de las formas y las manifestaciones de
 la risa se oponía a la cultura oficial, al tono serio de la época. El 
carnaval ignoraba toda distinción entre actores y espectadores. Los 
espectadores no asistían al carnaval sino que lo vivían ya que el 
carnaval estaba hecho para todo el pueblo. El carnaval era la segunda 
vida del pueblo, basada en el principio de la risa. Era su vida festiva.
 El individuo parecía dotado de una segunda vida que le permitía 
establecer nuevas relaciones, verdaderamente humanas, con sus 
semejantes. La eliminación provisional de las relaciones jerárquicas 
entre los individuos creaba en la plaza pública un tipo particular de 
comunicación inconcebible en situaciones normales. 
 
El
 paso del tiempo ha ido entumeciendo estas prácticas y su sentido más 
profundo. Se las ha censurado, se las ha cercenado. La cultura oficial 
moderna degradó su sentido vivificante y regenerador. Sin embargo en el 
carnaval sigue latiendo el poder festivo de la cultura popular. La 
decisión de Cristina Fernández de devolverle el feriado de carnaval al 
pueblo va en esta línea de fortalecer el protagonismo de la cultura 
popular y sus formas ancestrales de expresión. Se valoriza ese 
espacio-tiempo diferente de la rutina mecanizada. Espacio del juego, 
espacio del festejo en donde se rompen las jerarquías, las normas y las 
“buenas formas” para dar paso a un no-lugar, a una utopía, a la esperanza de un porvenir aún incompleto.
Este análisis toma importancia toda vez que veamos en Bajtin un reposicionamiento respecto a la cultura popular, y a la prioridad que esta retiene para el pensamiento reflexivo. En este sentido, Bajtin hace un sustancial aporte a la Revisión Filosófica.
Este análisis toma importancia toda vez que veamos en Bajtin un reposicionamiento respecto a la cultura popular, y a la prioridad que esta retiene para el pensamiento reflexivo. En este sentido, Bajtin hace un sustancial aporte a la Revisión Filosófica.
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