31
Las buenas armas son
instrumentos del miedo,
todas las criaturas las odian .
Por eso, los seguidores del Tao
nunca las usan.
El hombre prudente elige la
izquierda
como lugar de honor.
El hombre de guerra prefiere la
derecha
para portar las armas.
Las armas son instrumentos del
miedo,
no son herramientas de un
hombre prudente.
Él sólo las usa cuando no hay
más opción.
Paz y tranquilidad son gratas a
su corazón
Y la victoria no le causa
ningún regocijo;
Si te regocijas de la victoria
es porque te deleitas con la
muerte de otros.
Si te deleitas con la muerte,
nunca llegarás a la
realización.
En las ocasiones felices, la
izquierda es preferida;
En ocasiones tristes, la
derecha es el lugar de honor.
En el ejército, el general se
para a la izquierda
Y el comandante jefe, a la
derecha.
Esto significa que la guerra se
dirige como un funeral.
Cuando se asesina a mucha
gente,
Hay que lamentarlo con dolor
sincero:
Una victoria en la guerra se ha
de considerar como un funeral.
32
El Tao, permanente, no tiene
nombre.
Aunque pequeño como leño
informe,
nadie lo puede doblegar.
Si reyes y señores pudieran
conducirlo,
Las Diez Mil Cosas les
obedecerían.
Se unirían Cielo y Tierra
Y una suave lluvia caería.
Los hombres ya no necesitarían
ni normas ni enseñanzas,
Encontrarían el orden por sí
mismos.
Dividido el todo, las partes
necesitan nombre;
Al aparecer los nombres,
Hay que saber que es el tiempo
de parar.
Al saber parar se evita el
peligro.
El Tao en el mundo es como un
río que fluye
sin trabas hacia el mar.
33
Conocer a los otros es
sabiduría,
Conocerse a sí mismo es
iluminación.
Dominar a los demás requiere
fuerza,
Dominarse a sí mismo, es ser
fuerte.
El que sabe que tiene
suficiente es rico,
Perseverancia es un signo de
fuerte voluntad.
El que se mantiene firme dura
largo tiempo.
Morir sin desparecer es
longevidad.
34
El gran Tao fluye como un río,
tanto a la izquierda
como a la derecha.
Las Diez Mil Cosas dependen de
él, pero él nada retiene.
Realiza sus propósitos en
silencio, sin reclamos.
Alimenta las Diez Mil Cosas
Y, sin embargo, no se hace su
dueño.
Carece de fin y de deseos:
Puede ser llamado pequeño.
Las Diez Mil Cosas retornan a él,
Sin embargo, no se hace su
dueño:
Puede ser llamado grande.
Por eso el sabio llega a ser
grande,
porque al no hacerse grande,
Así puede, en verdad, ser
grande.
35
Todos acudirán al que es fiel a
la unidad,
Pues en ello está el descanso,
la paz y la felicidad.
Música y buena comida hacen
detener a los transeúntes.
Pero una descripción del Tao
Parece sin substancia o sabor.
Se mira y no se ve,
Se escucha y no se oye,
Se usa y, sin embargo, nunca se
agota.
36
Lo que se encoge,
Antes tiene que estirarse.
Lo que se agota,
Antes tiene que ser fuerte.
Lo que se cae,
Antes tiene que estar apoyado.
Antes de recibir algo,
Hay que haberlo dado.
Esto se llama la percepción
oculta
de la naturaleza de las cosas.
Lo tierno y lo débil vencen a
lo duro y lo fuerte.
El pez no puede salir de aguas
profundas,
Ni las armas de un país deben
exhibirse.
37
El Tao mora en la no-acción,
Sin embargo, nada deja de
hacer.
Si reyes y señores respetaran
esto,
Las Diez Mil Cosas se
transformarían por sí solas.
Si despertaran el deseo de
actuar,
Se les refrenaría con el leño
sin nombre
Y no se sentirían ofendidos.
Sin ofensas surge la
tranquilidad
Y de esta manera todas las
cosas
espontáneamente se ordenan.
38
Un hombre verdaderamente bueno
no tiene bondad
Y por esto es bueno.
Un hombre necio trata de ser
bueno
Y por esto no es bueno.
Un hombre verdaderamente bueno
no actúa,
Sin embargo, nada deja sin
hacer.
Un hombre necio siempre está
haciendo algo,
Sin embargo, deja mucho sin
hacer.
Cuando un hombre verdaderamente
bondadoso hace algo,
nada deja sin hacer;
Cuando un hombre recto hace
algo, deja mucho sin hacer;
Cuando un hombre de normas y
disciplina
hace algo y nadie responde,
se remanga la camisa para
imponer el orden.
Por lo tanto, cuando el Tao se
pierde, aparece la bondad;
Cuando la bondad se pierde,
aparece la benevolencia;
Cuando la benevolencia se
pierde, aparece la justicia;
Cuando la justicia se pierde,
aparecen los ritos,
principios de la confusión,
sucedáneos de la confianza y la
fe.
Los conocimientos no son más
que adornos del Tao,
el principio de la locura.
Por lo tanto, el sabio de
verdad habita en lo profundo
y no sobre la superficie,
en el centro y no en los
extremos.
Por eso, acepta lo uno y
rechaza la otro.
39
Estas son las cosas que en la
antigüedad
surgieron de la unidad:
El Cielo que es íntegro y puro,
La Tierra que es íntegra y
estable,
El Espíritu que es íntegro y
eficaz,
El Valle que es íntegro y
pleno,
Las Diez Mil Cosas que son
íntegras y vitales,
Reyes y Señores que son
íntegros
y la norma del mundo.
Al surgir de la unidad,
El Cielo no se desintegra y se
mantiene puro,
La Tierra evita su
agrietamiento y no se desintegra,
El Espíritu evita su
agotamiento y se mantiene eficaz,
El Valle evita su desecamiento
y se colma,
Las Diez Mil Cosas evitan su
extinción,
Reyes y Señores conservan su
mando y evitan la ruina del país.
Por lo tanto, lo humilde es la
raíz de lo noble,
Lo bajo, el fundamento de lo
alto.
Reyes y Señores se consideran “huérfanos”
“viudos” y “sin valor”.
¿No habla esto de la humildad
de su origen?
Demasiado éxito no es una
ventaja.
No tintinees ni brilles como
jade,
Ni seas tan duro como los
guijarros.
40
Transformar los contrarios,
Es el movimiento del Tao.
Pródigo en la debilidad es su
camino.
Las Diez Mil Cosas nacieron del
ser,
El ser nació del no-ser.
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