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Tao Te Ching - Lao Tse - 31 a 40


31
Las buenas armas son instrumentos del miedo,
todas las criaturas las odian .
Por eso, los seguidores del Tao nunca las usan.
El hombre prudente elige la izquierda
como lugar de honor.
El hombre de guerra prefiere la derecha
para portar las armas.
Las armas son instrumentos del miedo,
no son herramientas de un hombre prudente.
Él sólo las usa cuando no hay más opción.
Paz y tranquilidad son gratas a su corazón
Y la victoria no le causa ningún regocijo;
Si te regocijas de la victoria
es porque te deleitas con la muerte de otros.
Si te deleitas con la muerte,
nunca llegarás a la realización.
En las ocasiones felices, la izquierda es preferida;
En ocasiones tristes, la derecha es el lugar de honor.
En el ejército, el general se para a la izquierda
Y el comandante jefe, a la derecha.
Esto significa que la guerra se dirige como un funeral.
Cuando se asesina a mucha gente,
Hay que lamentarlo con dolor sincero:
Una victoria en la guerra se ha de considerar como un funeral.


32
El Tao, permanente, no tiene nombre.
Aunque pequeño como leño informe,
nadie lo puede doblegar.
Si reyes y señores pudieran conducirlo,
Las Diez Mil Cosas les obedecerían.
Se unirían Cielo y Tierra
Y una suave lluvia caería.
Los hombres ya no necesitarían ni normas ni enseñanzas,
Encontrarían el orden por sí mismos.
Dividido el todo, las partes necesitan nombre;
Al aparecer los nombres,
Hay que saber que es el tiempo de parar.
Al saber parar se evita el peligro.
El Tao en el mundo es como un río que fluye
sin trabas hacia el mar.


33
Conocer a los otros es sabiduría,
Conocerse a sí mismo es iluminación.
Dominar a los demás requiere fuerza,
Dominarse a sí mismo, es ser fuerte.
El que sabe que tiene suficiente es rico,
Perseverancia es un signo de fuerte voluntad.
El que se mantiene firme dura largo tiempo.
Morir sin desparecer es longevidad.


34
El gran Tao fluye como un río, tanto a la izquierda
como a la derecha.
Las Diez Mil Cosas dependen de él, pero él nada retiene.
Realiza sus propósitos en silencio, sin reclamos.
Alimenta las Diez Mil Cosas
Y, sin embargo, no se hace su dueño.
Carece de fin y de deseos:
Puede ser llamado pequeño.
Las Diez Mil Cosas retornan a él,
Sin embargo, no se hace su dueño:
Puede ser llamado grande.
Por eso el sabio llega a ser grande,
porque al no hacerse grande,
Así puede, en verdad, ser grande.


35
Todos acudirán al que es fiel a la unidad,
Pues en ello está el descanso, la paz y la felicidad.
Música y buena comida hacen detener a los transeúntes.
Pero una descripción del Tao
Parece sin substancia o sabor.
Se mira y no se ve,
Se escucha y no se oye,
Se usa y, sin embargo, nunca se agota.


36
Lo que se encoge,
Antes tiene que estirarse.
Lo que se agota,
Antes tiene que ser fuerte.
Lo que se cae,
Antes tiene que estar apoyado.
Antes de recibir algo,
Hay que haberlo dado.
Esto se llama la percepción oculta
de la naturaleza de las cosas.
Lo tierno y lo débil vencen a lo duro y lo fuerte.
El pez no puede salir de aguas profundas,
Ni las armas de un país deben exhibirse.


37
El Tao mora en la no-acción,
Sin embargo, nada deja de hacer.
Si reyes y señores respetaran esto,
Las Diez Mil Cosas se transformarían por sí solas.
Si despertaran el deseo de actuar,
Se les refrenaría con el leño sin nombre
Y no se sentirían ofendidos.
Sin ofensas surge la tranquilidad
Y de esta manera todas las cosas
espontáneamente se ordenan.


38
Un hombre verdaderamente bueno no tiene bondad
Y por esto es bueno.
Un hombre necio trata de ser bueno
Y por esto no es bueno.
Un hombre verdaderamente bueno no actúa,
Sin embargo, nada deja sin hacer.
Un hombre necio siempre está haciendo algo,
Sin embargo, deja mucho sin hacer.
Cuando un hombre verdaderamente bondadoso hace algo,
nada deja sin hacer;
Cuando un hombre recto hace algo, deja mucho sin hacer;
Cuando un hombre de normas y disciplina
hace algo y nadie responde,
se remanga la camisa para imponer el orden.
Por lo tanto, cuando el Tao se pierde, aparece la bondad;
Cuando la bondad se pierde, aparece la benevolencia;
Cuando la benevolencia se pierde, aparece la justicia;
Cuando la justicia se pierde, aparecen los ritos,
principios de la confusión,
sucedáneos de la confianza y la fe.
Los conocimientos no son más que adornos del Tao,
el principio de la locura.
Por lo tanto, el sabio de verdad habita en lo profundo
y no sobre la superficie,
en el centro y no en los extremos.
Por eso, acepta lo uno y rechaza la otro.


39
Estas son las cosas que en la antigüedad
surgieron de la unidad:
El Cielo que es íntegro y puro,
La Tierra que es íntegra y estable,
El Espíritu que es íntegro y eficaz,
El Valle que es íntegro y pleno,
Las Diez Mil Cosas que son íntegras y vitales,
Reyes y Señores que son íntegros
y la norma del mundo.
Al surgir de la unidad,
El Cielo no se desintegra y se mantiene puro,
La Tierra evita su agrietamiento y no se desintegra,
El Espíritu evita su agotamiento y se mantiene eficaz,
El Valle evita su desecamiento y se colma,
Las Diez Mil Cosas evitan su extinción,
Reyes y Señores conservan su mando y evitan la ruina del país.
Por lo tanto, lo humilde es la raíz de lo noble,
Lo bajo, el fundamento de lo alto.
Reyes y Señores se consideran “huérfanos”
“viudos” y “sin valor”.
¿No habla esto de la humildad de su origen?
Demasiado éxito no es una ventaja.
No tintinees ni brilles como jade,
Ni seas tan duro como los guijarros.


40
Transformar los contrarios,
Es el movimiento del Tao.
Pródigo en la debilidad es su camino.
Las Diez Mil Cosas nacieron del ser,
El ser nació del no-ser.

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