4/3/13

Yeats - Poesía traducida


Yeats, poeta y dramaturgo irlandés.

William Butler Yeats (Dublín, 
13 de junio de 1865 - Roquebrune-
Cap-Martin, Francia, 28 de enero 
de 1939), poeta y dramaturgo irlandés.






















ÉL DESEA LAS TELAS DEL CIELO 

(HE WISHES FOR THE CLOTH OF HEAVEN):


Si tuviese yo las telas bordadas del cielo,
Recamadas con luz dorada y plateada,
Las telas azules y las tenues y las oscuras
De la noche y la luz y la media luz,
Extendería las telas bajo tus pies:
Pero, siendo pobre, sólo tengo mis sueños;
He extendido mis sueños bajo tus pies;
Pisa suavemente, pues pisas mis sueños.


ALLÁ EN LOS JARDINES DE SALLEY (DOWN BY THE SALLEY GARDENS)



Donde se zambullen las montañas rocosas
Del bosque de Sleuth en el lago,
Hay una boscosa isla
Donde las garzas al aletear despiertan
A las soñolientas ratas de agua:
Allí hemos ocultado nuestras tinajas encantadas,
Llenas de bayas
Y de las cerezas robadas más rojas.
¡Márchate, oh niño humano! 
A las aguas y lo silvestre 
con un hada, de la mano, 
pues hay en el mundo más llanto del que puedes entender.

Donde las olas del claro de luna alumbran
Las oscuras arenas grises con su brillo,
Lejos, en el lejano Rosses
Nosotros caminamos por ellas toda la noche,
Tejiendo viejas danzas,
Juntando las manos y juntando las miradas
Hasta que la luna emprende el vuelo;
Saltamos de un lado a otro
Y cazamos las burbujas de la espuma,
Mientras el mundo está lleno de problemas
Y duerme con ansiedad.
¡Márchate, oh niño humano! 
A las aguas y lo silvestre 
con un hada, de la mano, 
pues hay en el mundo más llanto del que puedes entender.

Donde el agua errante cae
Desde los cerros a Glen-Car,
En lagunas entre los rápidos
Que casi podrían bañar una estrella,
Buscamos las truchas que dormitan
Y susurrando en sus oídos
Les damos sueños inquietos;
Inclinándonos con suavidad desde
Los helechos que lloran
Sobre los jóvenes arroyos.
¡Márchate, oh niño humano! 
A las aguas y lo silvestre 
con un hada, de la mano, 
pues hay en el mundo más llanto del que puedes entender.

Con nosotros se marcha
El de mirada solemne:
Ya no oirá el mugido
De los terneros en la cálida colina
O a la tetera en la cocina
Cantar paz para su pecho,
Ni verá el cuello pardo de los ratones
Alrededor del cajón de la harina de avena.
Pues se viene, el niño humano, 
A las aguas y lo silvestre 
Con un hada, de la mano, 
Desde un mundo con más llanto del que puede entender.


ALLÁ EN LOS JARDINES DE SALLEY (DOWN BY THE SALLEY GARDENS)



Allá en los jardines de Salley mi amor y yo nos encontramos;
Pasó por los jardines de Salley con pies pequeños, blancos como nieve.
Me dijo que me tomase el amor con naturalidad, como las hojas que crecen en el árbol;
Pero yo, siendo joven y tonto, no estuve de acuerdo con ella.

En un prado junto al río mi amor y yo nos encontrábamos,
Y en mi hombro inclinado ella apoyó su mano, blanca como nieve.
Me dijo que me tomase la vida con naturalidad, como la yerba crece en las presas;
Pero yo era joven y tonto, y ahora estoy lleno de lágrimas.


A LA ROSA SOBRE LA CRUZ DEL TIEMPO (TO THE ROSE UPON THE ROOD OF TIME)



¡Rosa roja, rosa orgullosa, triste Rosa de todos mis días!
Acércate a mí, mientras canto sobre los tiempos antiguos:
Cuchulain luchando contra la amarga marea;
Sobre el Druida, gris, nutrido por los bosques, con mirada tranquila,
Que dio a Fergus sueños, y ruina indecible:
Y sobre tu propia tristeza, que las estrellas, envejecidas
En su danza de sandalias plateadas sobre el mar,
Cantan en su triste y solitaria melodía.
Acércate, para que no cegado ya por el destino humano,
Pueda yo encontrar bajo las ramas del amor y del odio,
En todas las pobres cosas tontas que viven un día,
La belleza eterna recorriendo su camino.

Acércate, acércate, acércate -¡ah, dejame sí
Un pequeño espacio para que lo llene el aliento de la rosa!
No vaya a ser que deje yo de oir las cosas comunes que ansían;
El gusano débil escondiéndose en su pequeña cueva,
El ratón de campo que corre junto a mí por el pasto,
Y las pesadas esperanzas mortales que laboran y pasan,
Y sólo busque escuchar las extrañas cosas dichas
Por Dios a los corazones brillantes de aquellos muertos hace mucho,
Y aprender a cantar una lengua que los hombres no conocen.
Acércate; yo cantaré, antes de que me llegue la hora de partir,
Sobre la vieja Eire y los tiempos antiguos:
Rosa roja, Rosa orgullosa, triste Rosa de todos mis días.


CUANDO ESTÉS VIEJA (WHEN YOU ARE OLD)



Cuando estés vieja y gris y soñolienta,
Y cabeceando junto al fuego, tomes este libro,
Y leas lentamente, y sueñes con la mirada suave
Que tus ojos un día tuvieron, y con sus profundas sombras;

Cuántos amaron tus momentos de alegre gracia,
Y amaron tu belleza con amor falso o verdadero,
Pero un hombre amó el alma peregrina dentro de ti,
Y amó los dolores de tu rostro que cambiaba;

E inclinándote junto al resplandor de los leños,
Murmures, un poco triste, cómo huyó el Amor
Y se fue por sobre las montañas
Y escondió su rostro entre una multitud de estrellas.


EL AMANTE HABLA DE LA ROSA EN SU CORAZÓN (THE LOVER TELLS OF THE ROSE IN HIS HEART)



Todas las cosas feas y rotas, todas las cosas gastadas y viejas,
El llanto de un niño junto al camino, el crujido de una carreta cargada,
Los pasos pesados del arador sobre el moho del invierno,
Están dañando tu imagen que hace brotar una rosa en el fondo de mi corazón.

El mal de las cosas informes es un mal demasiado grande para ser dicho;
Añoro crearlas de nuevo y sentarme lejos en una verde loma,
Con la tierra y el cielo y el agua, vueltos a hacer, como un cofrecillo de oro
Para mis sueños de tu imagen que hace brotar una rosa en el fondo de mi corazón.


LA CANCIÓN DE ÆNGUS ERRANTE (THE SONG OF WANDERING ÆNGUS)



Salí al bosque de avellanos,
Porque tenía un incendio en mi cabeza,
Y corté y pelé una rama de avellano,
Y enganché una baya al hilo;
Y mientras volaban las polillas blancas,
Y estrellas como polillas titilaban,
Eché la baya en el arroyo
Y atrapé una pequeña trucha dorada.

Cuando la hube dejado en el suelo
Fui a encender el fuego,
Pero algo susurró en el suelo,
Y alguien me llamó por mi nombre:
Se había convertido en una muchacha de tenue brillo
Con flores de manzano en su cabello
Que me llamó por mi nombre y corrió
Y se desvaneció entre el aire que aclaraba.

Aunque ya estoy viejo de vagar
Por tierras bajas y tierras montañosas,
Descubriré dónde se ha ido,
Y besaré sus labios y tomaré sus manos;
Y caminaré por la larga yerba de colores,
Y cogeré hasta el fin de los tiempos
Las plateadas manzanas de la luna,
Las doradas manzanas del sol.

EL VIOLINISTA DE DOONEY (THE FIDDLER OF DOONEY)



Cuando toco mi violín en Dooney,
La gente baila como una ola del mar;
Mi primo es un cura en Kilvarnet,
Mi hermano en Mocharabuiee.

Me crucé con mi hermano y mi primo:
Leían sus libros de oraciones;
Yo leía mi libro de canciones
Que compré en la feria de Sligo.

Cuando lleguemos el día final
Donde Pedro, majestuoso,
Él sonreirá a las tres viejas almas,
Pero me hará pasar primero por el portal;

Pues los buenos son siempre los alegres;
Salvo por algún maligno azar,
Y los alegres aman el violín,
Y los alegres aman bailar:

Y cuando la gente allí me vea,
Vendrán todos hacia mí,
Diciendo '¡Aquí está el violinista de Dooney!'
Y bailarán como una ola del mar.


NAVEGANDO HACIA BIZANCIO (SAILING TO BYZANTIUM)



Aquel no es un país para hombres viejos. Los jóvenes
Tomados del brazo, las aves en los árboles
- Las generaciones que mueren - cantando,
Las cascadas de salmón, los mares repletos de atún,
Peces, animales, aves, encomian todo el verano
Todo aquello que se produce, nace, y muere.
Atrapado en esa música sensual todo ignora
Monumentos de intelecto que no envejece.


Un hombre viejo no es más que una cosa miserable,
Un abrigo andrajoso sobre un bastón, a menos
Que el alma aplauda y cante, y cante más fuerte
Por cada arruga en su traje mortal.
Ni hay otra escuela de canto que el estudio
De monumentos de magnificencia única;
Y por eso he navegado los mares y he venido
A la santa ciudad de Bizancio.


Oh sabios que estais en el fuego sagrado de Dios
Y en el dorado mosaico de un muro,
Venid del fuego sacro, girad hasta mí,
Y sed los maestros de canto de mi alma.
Consumid mi corazón; enfermo de deseo
Y atado a un animal agonizante
No sabe ya lo que es; y llevadme
A la ilusión de la eternidad.


Una vez fuera de la naturaleza, no he de tomar
Mi forma de ninguna cosa natural,
Sino una forma como la que los herreros griegos hacen
De oro repujado y esmalte dorado
Para mantener despierto a un somnoliento Emperador;
O ponen en una rama dorada para que cante
A los señores y las damas de Bizancio
Sobre lo pasado, lo presente, o lo por venir.


LOS HOMBRES MEJORAN CON LOS AÑOS (MEN IMPROVE WITH THE YEARS)



Estoy cansado de sueños;
Un tritón de mármol, gastado por el clima
En los riachuelos;
Y durante todo el día observo
La belleza de esta dama
Como si hubiese hallado en un libro
Una belleza imaginada,
Satisfecho de tener repletos mis ojos
O mis oídos que perciben,
Encantado de no ser más que sabio,
Pues los hombres mejoran con los años;
Pero aún así, aún así,
¿Es ese mi sueño, o la verdad?
Oh, ¡cómo quisiera que nos hubiésemos conocido
Cuando yo tenía mi ardiente juventud!
Pero envejezco entre sueños,
Un tritón de mármol, gastado por el clima
En los riachuelos.


Yeats

























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